Presionar a una mujer para llevar a cabo conductas sexuales que ella no desea realizar puede ser una forma de maltrato.
Una mujer que se sienta presionada, oprimida o maltratada en lo más mínimo no debe consentirlo, aunque sea su marido el responsable.
Opinamos que en un principio, la fémina debe intentar solucionar esta situación a través de la comunicación, mostrando firmeza y determinación, pero debe esperar poco o nada a buscar una ayuda externa si la reacción de su pareja no es la deseable, y éste no cede de forma rotunda en su maltrato o violencia de cualquier índole (verbal, psicológica, física, económica, etc.). En España recomendamos contactar con el teléfono 016 a la mayor brvedad posible en estos casos.
Si la mujer no se siente maltratada pero observa que existen conflictos de pareja que no puede resolver por ella misma mediante una sincera y profunda comunicación, sugerimos buscar ayuda profesional a través de un/a terapeuta de pareja.
Mi marido me exige y no me gusta | Caso real
Tengo 7 años de casada y antes de casarnos duramos casi 3 años de novios. Cuando novios disfruté mucho mi sexualidad con él, pero ya de casada no fue igual, pasaron muchas cosas durante todo ese tiempo, yo siento que él ha cambiado mucho y cada vez me «exige» más a mí; de ser un chico «tímido» ahora tiene muchas fantasías y tiene la confianza para contarme y pedirme que las llevemos a cabo.
Yo solía ser más abierta de mente cuando éramos novios, yo era la de las fantasías y ahora no me asusto, pero no me agrada lo que me pide, me incomoda, me molesto y hasta me siento ofendida. Él dice que yo pienso como señora grande espantada, pero hay cosas que simplemente creo no haría un matrimonio «normal».
En fin durante 7 años nuestro mejor método anticonceptivo fue tener pocas veces intimidad (a veces 1 vez al mes y rara vez 3 veces por semana), hace poco más de un año nació nuestra bebé y desde entonces mi interés sexual se fue yendo poco a poco.
Yo creía que era por 2 razones: la primera es que mi embarazo y parto fueron difíciles y dolorosos -en el fondo no quiero volver a quedar embarazada y sufrir lo mismo-.
Y por otro lado cuando fue mi parto tuve un desgarro y me dieron muchas puntadas, yo me tocaba y me sentía mal, como si yo fuera un monstruo y me daba pena que me viera, me tocara o sintiera, yo sentía que era horrible, se lo conté y me dijo que todo estaba bien y poco a poco recuperé mi confianza.
Pero ahora poco a poco se me ha ido el apetito sexual, él cree que es personal (solo con él), que yo no lo quiero, que me da asco, etc. Ya le dije mil veces que no es eso.
Pero la verdad es que no tolero que me toque, siento que me lastima, me duele, me siento sumamente incómoda, no me gusta, no siento excitación. Hemos tenido cada vez menos intimidad, no lo disfruto igual que antes.
Y lo más incómodo es que «consciente» de lo que nos pasa, me exija cumplir sus fantasías, las cuales le he dicho solo se podrán lograr de parte mía cuando estemos bien sexualmente y como pareja, pero han pasado tantas cosas en nuestro matrimonio que dudo que eso pase y siento que él ha olvidado que me ha lastimado de muchas maneras, desde agresiones verbales, psicológicas, sexuales y hasta infidelidad.
No sé si lo nuestro tenga arreglo, creo que requerimos terapia de pareja pero él se niega. Hace unos meses que noté mi mínimo apetito sexual, y me dije a mí misma y a él que lo mío no era normal y que requería apoyo psicológico, pero no tengo ni dinero ni empleo para poder pagarlo, así que decidí buscar en internet y mi sorpresa fue encontrar ésta página y leer a tantas mujeres con el mismo problema, incluso creía que leía mi propia historia en varias ocasiones.