Cómo se inventó «la píldora» anticonceptiva

A pesar de los modernos avances en materia de anticoncepción, sigue existiendo a comienzos del siglo XXI un clima de desconocimiento generalizado –sobre todo en adolescentes– que dificulta el buen aprovechamiento de los recientes logros de la ciencia en este campo, y trae consigo funestas consecuencias como la alta prevalencia de las infecciones de transmisión sexual, y como se verá más adelante, la elevadísima tasa de embarazos no deseados.

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Anticonceptivos. Primeras referencias históricas

La primera referencia a los métodos anticonceptivos tiene cuatro mil años de antigüedad. Se trata de unos conos fabricados de granada y cera utilizados por los egipcios para ser introducidos en la vagina. El artilugio posee cierta base científica al saberse hoy día que la granada contiene un estrógeno natural. También son egipcios los papiros de Petri -1850 a.c.- y de Ebers -1550 a.c.-, los cuales describen pastas elaboradas a base de estiércol de cocodrilo y otros materiales –bicarbonato, miel, acacia, etc.-, destinadas a interferir en el proceso de la fecundación.

Antigua Grecia

Hipócrates solía utilizar un tubo de plomo con el fin de introducir en el útero de la mujer determinados medicamentos para impedir el embarazo, y el mismo Aristóteles mencionó el uso del poleo para estos fines, así como otros métodos destinados a reducir la natalidad. Estos eruditos griegos describen en sus tratados el sistema adoptado por los turcos para frenar la reproducción de los camellos, consistente en la introducción de pedruscos redondeados en el interior del útero de las hembras, técnica aún utilizada en nuestros días por algunas tribus del desierto.

Los primeros DIU

La idea turca constituyó la base del denominado dispositivo intrauterino, más conocido como DIU. Este tipo de artefacto fue fabricado en Europa durante siglos a partir de materiales como el vidrio, marfil, madera, ébano, plata, oro, platino y diamantes, obteniéndose diferentes resultados que iban desde el éxito hasta la muerte por infecciones u otras complicaciones.

Los médicos alemanes Richter y Gräfenberg perfeccionan la técnica a principios del siglo XX mediante la utilización de elementos como la seda y la plata, a los que Ota añade el plástico en 1934. Sin embargo, no es hasta mediados de siglo cuando los DIU empiezan a usarse de forma generalizada gracias a los ingenios de Ishihama en Japón, quien empieza a utilizar el polietileno, material más económico e inocuo al ser inerte para el tejido humano. Aparte de este material, empiezan a elaborarse diferentes tipos de dispositivos con cobre y acero inoxidable.

primeros diu

Fuente de la imagen: obgynkey.com

En los años sesenta, se extiende en Estados Unidos el empleo de dispositivos liberadores de cobre, consiguiéndose una disminución en el número de embarazos y la frecuencia de efectos secundarios, y en los setenta se elaboran DIU con mecanismos que consiguen la liberación continuada de progestágenos, cuyo uso no llegó a adquirir una gran difusión. Aunque en la actualidad se aprecia un discreto descenso en la utilización del DIU, sigue siendo el segundo método contraceptivo más empleado en el mundo después de la esterilización –ligadura de trompas o vasectomía-.

Historia del condón

Condón de John Bell
Condón inglés de 1901

Existen varias hipótesis acerca del origen de la palabra condón. Una de ellas lo sitúa en el nombre del doctor Condom, médico del rey inglés Carlos II, el cual aconsejó al monarca la utilización del preservativo con el fin de protegerle ante su promiscuidad. También se cree que el uso de este vocablo pudo derivarse del vocablo latín condus, cuyo significado es receptáculo. De hecho, los romanos utilizaban tripas y vejigas de animales para evitar la transmisión de enfermedades venéreas.

Las primeras referencias al preservativo se encuentran en novelas griegas que relatan cómo Minos, rey de Creta, se colocaba una vejiga de cabra para evitar la concepción. También se ha comprobado la utilización de artefactos similares para los mismos fines en diversos grupos indígenas de América y la Guayana francesa.

Con el objetivo de prevenir las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes de la época: la sífilis y la gonorrea, en la Italia del siglo XVI, el médico Gabriel Fallopio ideó unos capuchones gruesos para el pene fabricados de lino que resultaron ineficaces. En el siglo XVIII se extiende el uso de profilácticos fabricados a base de tripas de animales, material sustituido el siglo siguiente por la goma obtenida de la vulcanización del caucho.

El descubrimiento del látex en el siglo XX facilitó la fabricación de condones más finos y sólidos, lo cual obtuvo como resultado la extensión de su uso, que se disparó en la década de los ochenta debido a la irrupción del SIDA. A principios de la década de los noventa se aprobó el condón femenino o bolsa vaginal, fabricada a base de poliuretano. En 1997 se elaboraron alrededor de diez mil millones de preservativos en el mundo, utilizando como material prima más de trece mil toneladas de látex.

El diafragma

Aunque en la actualidad el diafragma es un método de barrera femenino poco utilizado, gozó de gran popularidad en los años veinte, en especial en Estados Unidos. Fue inventado en Alemania en 1880 por Mensinga, y su uso ha llegado hasta nuestros días a pesar de ser desplazado por el revolucionario método de los anticonceptivos orales. Presenta una alta efectividad y los efectos secundarios son prácticamente nulos, pero tiene el inconveniente de una cierta incomodidad para su correcta colocación.

El perfeccionamiento de los «métodos naturales»

Kyūsaku Ogino
Dr. Kyūsaku Ogino

El japonés Ogino y el austriaco Knaus idearon en los años treinta el llamado “método del ritmo”, técnica basada en la evitación del coito en los días fértiles, para lo cual establecieron una serie de fórmulas con el fin de calcular cuales eran estos días. Existe un porcentaje relativamente elevado de fracasos en ambos procedimientos debido a la gran variabilidad del ciclo y a la ausencia de un suficiente grado de abstinencia. El empleo de estas técnicas ha originado un sinnúmero de embarazos no deseados.

Sin embargo, se ha demostrado que su combinación con el método de la temperatura basal –inventado por Van der Velde en 1928- consigue altas tasas de seguridad, a costa de reducir las fechas útiles para el coito a unos ocho días. Otro procedimiento natural de planificación familiar lo constituyó el “método de ovulación de Billings”, basado en los cambios experimentados por las secreciones del cuello uterino a lo largo del ciclo menstrual. Estudios de la OMS demostraron a principios de los ochenta el fácil aprendizaje de la técnica y su alta seguridad. A pesar de ello, su aplicación es muy escasa hoy en día.

El “coito interrumpido” es uno de los métodos contraceptivos de mayor antigüedad. En nuestros días se conoce su escasa seguridad debido a la presencia de espermatozoides en el líquido pre-seminal –expulsado por el pene antes de la eyaculación- y la posibilidad de embarazos cuando el semen es depositado en los genitales externos.

La lactancia materna constituye otro método natural para la planificación familiar. Las madres que ofertan leche a sus bebés de manera exclusiva, o casi exclusiva, y permanecen en amenorrea, adquieren una moderada protección contra el embarazo en los primeros seis meses del posparto debido a la secreción de prolactina originada por la succión del pezón, pero el riesgo aumenta si han transcurrido más de seis meses posparto, si reaparece la menstruación o si dicha lactancia se suplementa con otros alimentos, por lo que la lactancia prolongada no se recomienda actualmente como método anticonceptivo.

La llegada de la primera «píldora»

Enovid

Fuente: zeroequalstwo.net

En 1898, John Beard se fijó en la ausencia de ovulación durante el embarazo, lo que Auguste Prenant atribuyó con posterioridad a las hormonas secretadas por el cuerpo lúteo del ovario y por la placenta, y que fue corroborado por los experimentos de Ludwig Haberlandt en 1919. Malkepeace demuestra en 1937 la supresión de la ovulación en conejas tras la administración de progesterona, similar efecto al obtenido por Sturgis con el etinilestradiol en 1940.

Las experiencias obtenidas por Pincus, Rock y García en mujeres puertorriqueñas y haitianas dan lugar a la aparición de “la píldora” en 1959, primer fármaco anticonceptivo oral en el mercado, compuesto de 10 mg de noretinodrel como progestágeno y 0,15 mg de mestranol como estrógeno.

Este episodio se considera un hito histórico en los anales de la sexología médica, tan sólo igualado hasta el momento por la producción de sildenafilo en 1998.

Conferencia del Dr. Antonio Ferrández sobre los nuevos anticonceptivos

Autor de la publicación: © Antonio Ferrández Infante. Reservados todos los derechos. No se autorizan copias de este artículo sin previa autorización del editor de Sanatusexo.com. Atención: denunciamos plagios y copias no autorizadas.

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